La fabada asturiana es uno de los platos más representativos de la gastronomía española. Esta receta histórica tiene su origen en la región de Asturias y se remonta a siglos atrás, cuando los campesinos cocinaban un guiso a base de legumbres y embutidos para alimentarse durante los meses de invierno. La fabada asturiana se ha convertido en un plato emblemático de la cocina española, valorado tanto por los locales como por los turistas que visitan la región.
FABADA ASTURIANA (RECETA HISTÓRICA)
La fabada asturiana es uno de los principales platos de la cocina española. Unas cremosas fabes, suaves y tiernas cocidas lentamente con lacón y panceta curados y dos maravillas: chorizo y morcilla asturiana curados al humo. El pimentón y el aceite de oliva, hacen el resto. Es un auténtico plato de culto.
INGREDIENTES * 400 gr. de fabes * 160 gr. de lacón curado desalado *160 gr. de panceta curada desalada * 1 chorizo asturiano * 1 morcilla asturiana * 1 cebolla mediana * 2 cucharadas de aceite de oliva * 2 cucharaditas de pimentón dulce * sal al gusto * agua para cubrir (que no sea dura)
ELABORACIÓN Poned en remojo las fabes, 12 horas antes de la elaboración del plato. Poned agua fría abundante para su remojo o hidratación. Si el lacón y la panceta vienen en salazón, desalar en agua fría dentro del frigorífico durante 12 horas. Podéis comprar como hice yo, el compango envasado y desalado. Pasadas las 12 horas, retirad el agua del remojo y ponerlas en una olla o cacerola ancha, para que no se aplasten unas con otras. Pones encima el compango. Es decir el lacón y la panceta desalados, el chorizo asturiano y la morcilla asturiana. Es muy importante que este compango sea el que os indico, pues es el culpable del sabor especial que tiene esta receta. Peláis una cebolla mediana y se la ponéis entera a las fabes. Cubrid de agua todo dos dedos por encima de las fabes. Añadís dos cucharaditas de pimentón dulce y dos cucharadas de aceite de oliva. Tapáis para que no se pierda demasiado líquido por evaporación y cocéis a fuego suave durante dos horas y media. No obstante, como todos los tipos de fabes no son iguales, es bueno que a partir de las dos horas, vayáis probando a ver si están blandas. Os doy una serie de cuidados que debéis de tener en cuenta para que la fabada salga perfecta: Asustad las fabes con un poco de agua fría para romper el primer hervor. De esta manera le damos tiempo a la piel de las fabes para que alcance la elasticidad necesaria para soportar el aumento de tamaño de las fabes por la dilatación que se produce en su interior al aumentar de temperatura el agua que han obtenido en el remojo. Mantener siempre un hervor suave, para que las fabes no rompan y el líquido espese demasiado. No remováis nunca en la olla con una cuchara o espátula, romperéis las fabes. Moved agitando la olla. Quitad la tapa de vez en cuando y observad que no falte líquido, pues las fabes de arriba pueden quedar duras. Si es necesario, añadir agua. Cada cierto tiempo desespumad para eliminar la espuma de la superficie. Cuando falte poco para terminar, probad si están bien de sal y si es necesario añadir la sal que deseéis, pero siempre al final. Si lo hacéis al principio, las fabes pueden perder la piel. Y siempre, siempre mantened la fabada tapada. Cuando haya finalizado el tiempo probad una fabe aplastandola y comprobad que esté blanda y cremosa. Si no están a vuestro gusto, continuad la cocción. Finalmente, trocead el compango y servir las raciones. Tomadlo calentito.
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En conclusión, la fabada asturiana es un plato rico en historia y tradición, que se ha mantenido en el corazón de la gastronomía española durante siglos. Prepararla de acuerdo con la receta histórica es toda una experiencia culinaria, con sabores y aromas que transportan a los comensales a un viaje a través del tiempo. Sin duda, esta deliciosa fabada seguirá formando parte de la cultura gastronómica de Asturias y España durante muchos años más. ¡Buen provecho!